Flora de La Palma

Sus montañas, barrancos y costas guardan una riqueza vegetal única, moldeada por el clima, la altitud y el origen volcánico del territorio.
Pasear por la isla es descubrir cómo la naturaleza cambia a cada paso: desde los bosques húmedos de la laurisilva hasta los pinares que crecen sobre antiguos ríos de lava.

La flora de La Palma combina especies autóctonas que solo crecen aquí con otras que, aunque llegaron de fuera, se han adaptado y hoy forman parte del paisaje.
Es un verdadero jardín natural, donde cada planta cuenta una historia.

Lo que hace especial a la flora palmera es su diversidad y adaptación.
El contraste entre la humedad del norte y la aridez del sur, junto con los diferentes pisos de altitud, crea un mosaico vegetal incomparable.
En un solo día puedes pasar de los cardones costeros al bosque de laurisilva, y de ahí a los pinares de alta montaña, donde reina el pino canario.

La Palma conserva especies que son verdaderos fósiles vivos, herencia directa de los antiguos bosques subtropicales que cubrían Europa hace millones de años.

La flora de La Palma cambia con la altitud, el clima y la orientación. Desde las costas soleadas hasta las cumbres volcánicas, cada zona ofrece un paisaje vegetal único que refleja la diversidad natural de la isla.

En las zonas bajas y soleadas de la isla crecen plantas resistentes al calor, al viento y al salitre. Son especies que aportan color y vida a las laderas volcánicas y a los paseos marítimos.

  • Cardón (Euphorbia canariensis)
  • Tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera)
  • Bejeque (Aeonium spp.)
  • Palmeras canarias (Phoenix canariensis)
  • Flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima)
  • Frangipanis (Plumeria rubra)
  • Buganvilla (Bougainvillea glabra)
  • Estrelitzia (Strelitzia reginae)
  • Protea (Protea cynaroides)
  • Flamboyán (Delonix regia)
  • Podranea ricasoliana
  • Árbol de orquídea (Bauhinia variegata)
  • Hibiscus (Hibiscus rosa-sinensis)
succulentas tipicas de la palma

Entre los 400 y 1.200 metros de altitud, las medianías combinan bosques, cultivos y flores. Aquí la humedad es mayor y las plantas crecen en equilibrio con la vida rural.

  • Bejeque (Aeonium spp.)
  • Flor de mayo (Pericallis cruenta)
  • Laurel (Laurus novocanariensis)
  • Viñátigo (Persea indica)
  • Castaño (Castanea sativa)
  • Tilos (Ocotea foetens)
  • Barbusanos (Apollonias barbujana)
  • Helechos
  • Dragos (Dracaena draco)
  • Frangipani (Plumeria rubra)
la galga helechos gigantes

A partir de los 1.800 metros, la vegetación cambia. Las plantas deben resistir frío, viento y gran altitud. En estas zonas domina la flora adaptada a las cumbres, creando paisajes únicos y silenciosos.

  • Pino canario (Pinus canariensis)
  • Codeso (Adenocarpus foliolosus)
  • Retamón (Genista canariensis)
  • Tajinaste (Echium wildpretii)
  • Violeta de la cumbre (Viola palmensis)
  • Amargante (Cistus symphytifolius)
  • Gacia de monte (Tenile Stenopetala)
  • Pico de fuego (Lotus Phyranthus)
pinos de el pilar

Además de sus especies autóctonas, en La Palma crecen muchas plantas que, sin ser originarias, se han convertido en parte del paisaje habitual. Han sabido adaptarse al clima y hoy acompañan los caminos, barrancos y carreteras de toda la isla.

  • Entre las más visibles destaca el rabo de gato (Pennisetum setaceum), una planta invasora de espigas suaves y color dorado que tiñe de luz las laderas soleadas. Aunque es bella, su expansión supone un reto para la flora local.
  • El agave americano (Agave americana) también se encuentra con frecuencia y Agave attenuata. Sus hojas en forma de lanza y su imponente flor central —que puede alcanzar varios metros de altura y curvarse como un cuello de cisne— son una estampa común en los caminos rurales y zonas áridas.
  • Las tuneras (Opuntia spp.), con sus frutos conocidos como tunos o higos picos, llenan de color las medianías y laderas volcánicas. Además de su valor paisajístico, fueron en su día fuente de alimento y de cochinilla, usada como tinte natural.
  • El tarajal (Tamarix canariensis), arbusto típico de las costas canarias, crece cerca del mar y se utiliza a menudo como planta ornamental. Es fácil verlo en paseos marítimos como La Fajana de Barlovento o Los Cancajos, donde aporta sombra y verdor al entorno.
  • Y entre las flores más extendidas, destaca la adelfa (Nerium oleander), con sus pétalos rosados, blancos o rojos que alegran márgenes de carreteras y avenidas. Su resistencia al calor y su floración prolongada la han convertido en una de las plantas ornamentales más presentes en toda la isla.
tunera en la palma
agave americana en las costas de la palma
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