La papa es mucho más que un alimento en Canarias: es parte de su identidad. En las islas, este humilde tubérculo (conocido aquí como papa), llegó antes que a ningún otro lugar de Europa. Los primeros registros de su presencia en Canarias datan de 1567, varios años antes de que la patata cruzara el continente. Desde entonces, su cultivo se ha convertido en un símbolo de la tierra, la historia y la mesa canaria.

Un legado que perdura en la tierra volcánica
En las islas, las papas se cultivan desde hace siglos siguiendo métodos tradicionales que han permitido conservar variedades únicas. Mientras que en Europa los cultivos cambiaron con el tiempo, Canarias ha sabido mantener vivas muchas de las papas primitivas traídas desde América. Hoy, este cultivo ocupa alrededor del 9% de la superficie agrícola de las islas, con La Palma como una de las principales zonas productoras.
Las papas arrugadas con mojo: orgullo de la cocina canaria
Si hay un plato que representa a Canarias en el mundo, son las papas arrugadas con mojo. Este clásico se elabora con papas pequeñas —la variedad “bonita” es la más habitual— cocidas con abundante sal, antiguamente incluso con agua del mar. Al evaporarse el líquido, la piel queda cubierta por una fina capa de sal que les da su aspecto “arrugado” y su sabor tan característico.
Se sirven calientes, con su piel, acompañadas de las salsas más famosas de las islas: el mojo picón rojo, con pimienta palmera, y el mojo verde, hecho con cilantro o perejil.
Variedades locales y sabores únicos
En La Palma se cultivan más de diez variedades de papas, cada una con su textura y matices. Entre ellas, la papa negra es la más valorada por su sabor intenso y su rareza, aunque suele reservarse para ocasiones especiales.
Estas papas palmeras, cultivadas en suelo volcánico y bajo el clima templado de la isla, destacan por su sabor concentrado, su piel fina y su versatilidad en la cocina.
Consejo del viajero
No te vayas de La Palma sin probar unas buenas papas arrugadas con mojo casero. Puedes degustarlas en casi cualquier restaurante tradicional, acompañando pescado fresco, carne o incluso queso palmero asado.