Entre acantilados verdes y el rugido del Atlántico, las piscinas naturales La Fajana de Barlovento son lugares que combinan naturaleza salvaje y comodidad. Situada en el noreste de La Palma, en el municipio de Barlovento, este pequeño paraíso está formado por tres piscinas naturales de agua salada, perfectas para relajarse, refrescarse y disfrutar del paisaje costero.
Aquí, la fuerza del mar se convierte en calma gracias al abrigo de un antiguo delta lávico. La Fajana es mucho más que un lugar para bañarse: es un plan perfecto para toda la familia y un imprescindible si visitas la parte norte de la isla.

¿Por qué es especial la Fajana de Barlovento?
- Piscinas naturales únicas: formadas sobre una fajana volcánica, las piscinas combinan agua cristalina, fondo rocoso y una atmósfera tranquila.
- Tres piscinas para todos los gustos: una grande con peces y conexión al océano, una mediana para relajarse y una infantil poco profunda con una pequeña cascada que funciona en verano.
- Un entorno seguro: gracias a los muros de protección, aquí puedes disfrutar del mar sin preocuparte por el fuerte oleaje típico de la costa norte.
- Un paisaje inolvidable: las vistas al Atlántico y a los acantilados son tan impresionantes que merece la pena venir aunque solo sea para sentarse en un banco y contemplar el mar.

Servicios e instalaciones
La Fajana cuenta con todas las comodidades para pasar un día perfecto en familia:
Detalle | Información |
---|---|
Piscinas | 3 piscinas (grande, mediana, infantil) con agua salada |
Servicios | Aparcamiento amplio, baños, duchas, vestuarios |
Solarium | Áreas pavimentadas con espacio para toallas y tumbonas |
Zonas de picnic | Mesas y bancos de madera a la sombra |
Restaurantes | Restaurante con terraza y vistas espectaculares al océano |
Accesibilidad | Caminos y pasarelas bien cuidadas para acceder fácilmente |
Horario | Abierto todo el día, acceso libre |

Qué hacer en la Fajana
No todo es bañarse. Aquí tienes algunas ideas para disfrutar al máximo tu visita:
- Tomar algo con vistas: en el restaurante con terraza podrás probar pescado fresco, especialmente atún en temporada (fines de semana durante la época de pesca), acompañado por el sonido de las olas.
- Hacer un picnic: utiliza las mesas y bancos de madera para comer al aire libre, a la sombra de las sombrillas disponibles.
- Simplemente contemplar: si prefieres no bañarte, basta con sentarte a mirar el mar y los acantilados para sentir la magia del lugar.
- Fotografía de naturaleza: los contrastes entre el mar, las olas, las rocas volcánicas y las piscinas ofrecen imágenes impresionantes.

Consejos útiles para tu visita
- La costa norte suele ser más ventosa y fresca que el sur. Si eres friolero, el verano es la mejor época para disfrutar del baño.
- Puede nublarse con frecuencia. Lleva una chaqueta ligera para después del baño.
- Usa escarpines o calzado de agua para evitar resbalones en las zonas rocosas.
- Si quieres comer en el restaurante, llega temprano en fines de semana: suele llenarse a mediodía.
- No olvides protector solar: aunque haya nubes, el sol del norte también quema.
- Si viajas en caravana o furgoneta, en las cercanías de la Fajana encontrarás un aparcamiento habilitado para campers donde puedes pernoctar y disfrutar de las impresionantes vistas de la costa. Ten en cuenta que, a diferencia de la vecina Laguna de Barlovento, aquí no hay servicios para aguas dulces ni grises, pero sigue siendo una parada imprescindible para quienes recorren la isla sobre ruedas.


Un poco de historia
Las piscinas naturales de la Fajana no siempre fueron un lugar de ocio. En tiempos pasados, este rincón del litoral de Barlovento era utilizado por los vecinos como punto de lavado y curado del lino, una actividad artesanal muy importante en la economía rural de la isla. Las charcas naturales formadas sobre la fajana lávica eran ideales para este proceso gracias a su agua salada y constante.
Fue en 1976 cuando el municipio decidió acondicionar la zona para el baño y la recreación, respetando al mismo tiempo su entorno natural. Desde entonces, la Fajana se ha convertido en un lugar emblemático donde tradición y modernidad se dan la mano: de ser un espacio de trabajo comunal a un refugio para el descanso y el disfrute.
