El bejeque es una de las plantas más características de la flora canaria.
Sus hojas carnosas y su capacidad de crecer en lugares imposibles lo convierten en un símbolo de resistencia y belleza natural.
En La Palma, esta planta suculenta se encuentra en riscos, laderas soleadas y muros de piedra, donde forma pequeñas rosetas verdes que parecen florecer directamente de la roca volcánica.

Un género lleno de vida y color
El término “bejeque” agrupa a un amplio género de plantas del tipo Aeonium, pertenecientes a la familia Crassulaceae.
Existen más de 30 especies en el archipiélago canario, muchas de ellas endémicas de una sola isla.
Algunas especies crecen también en Madeira y el norte de África, pero es en Canarias donde alcanzan su mayor diversidad.
En La Palma se pueden encontrar varios tipos de bejeques, algunos exclusivos de la isla, adaptados a diferentes alturas y condiciones climáticas.
Su aspecto varía mucho: algunos forman rosetas grandes y compactas, otros son pequeños y delicados, con tonos verdes, rojizos o incluso púrpuras según la exposición al sol.
Especies de bejeques en La Palma
En la isla crecen distintas especies, entre ellas algunas autóctonas y otras endémicas de ámbito canario:
- Bejeque gigante (Aeonium nobile) – Endémico de La Palma. De gran tamaño, con rosetas que superan los 50 cm y espectaculares flores rojas. Florece entre abril y junio, especialmente en la zona de Cumbre Nueva y los riscos del norte.
- Bejeque de cumbre (Aeonium davidbramwellii) – Exclusivo de las zonas altas y soleadas, resiste bien el viento y el frío.
- Bejeque verde (Aeonium palmense) – Propio de barrancos húmedos y laderas del este de la isla, endémico de La Palma.
- Bejeque arbóreo (Aeonium arboreum) – Más común en jardines y zonas humanizadas; no es exclusivo de la isla, pero se ha adaptado perfectamente al clima palmero.
- Bejeque roseta (Aeonium decorum) – Forma pequeñas colonias sobre las rocas volcánicas, con hojas verdes que adquieren tonos rojizos al sol.

Un diseño natural perfecto
Los bejeques son plantas suculentas, lo que significa que almacenan agua en sus hojas y tallos.
Esto les permite sobrevivir durante largos periodos de sequía, especialmente en zonas áridas o con suelo pobre.
Sus hojas forman rosetas que actúan como embudos naturales, capturando el rocío y el agua de lluvia para alimentar a la planta.
Durante la floración, los bejeques producen largos tallos cubiertos de pequeñas flores amarillas, rosadas o rojizas que atraen abejas y mariposas.
Después de florecer, muchas especies mueren, pero ya han dejado descendencia: una lección perfecta del ciclo natural de renovación.
Dónde ver bejeques en La Palma
Los bejeques crecen en casi toda la isla, desde el nivel del mar hasta las cumbres:
- Zonas costeras del sur y oeste – especies como Aeonium nobile y A. decorum, adaptadas al calor y la sequía.
- Barrancos del norte y del este – bejeques verdes que prosperan en ambientes húmedos y con sombra.
- Carreteras y senderos volcánicos – especialmente visibles entre Los Llanos, El Paso y Fuencaliente, donde brotan en los muros de piedra.
- Sobre los techos de casas canarias de campo
Si te gusta la fotografía de naturaleza, el bejeque es uno de los mejores motivos de la flora palmera: sus formas geométricas y sus colores cambiantes lo hacen irresistible.
Curiosidades del bejeque
- El nombre Aeonium proviene del griego “aionos”, que significa “eterno”, por su capacidad de regeneración.
- Muchos bejeques son únicos de una sola isla o incluso de un solo barranco, lo que los convierte en tesoros botánicos.
- En algunos lugares de Canarias se les conoce también como “verodes”, especialmente cuando crecen junto a otras suculentas.
- Son plantas muy apreciadas en jardinería por su belleza, resistencia y fácil mantenimiento.