Entre los acantilados salvajes de Tijarafe y las aguas profundas del Atlántico, se esconde uno de los secretos más espectaculares de La Palma: la Cueva Bonita. Este rincón único solo accesible desde el mar combina historia, leyenda y un espectáculo natural de luz y color que deja sin aliento a quienes la visitan.

Un refugio con siglos de historia
Conocida en el pasado como Cueva de Candelaria o Cueva de los Piratas, esta formación geológica no es solo una maravilla de la naturaleza, sino también un capítulo vivo de la historia palmera. En el siglo XVII, los pescadores locales encontraban aquí refugio durante los ataques piratas, gracias a sus dos entradas que confundían a los invasores y facilitaban la huida. Esta doble boca sigue siendo uno de los rasgos más característicos de la cueva hoy en día.
Un espectáculo natural imposible de olvidar
La Cueva Bonita mide nada menos que 84 metros de ancho, 105 de profundidad y hasta 10 metros de altura, creando un espacio imponente bajo la roca volcánica. Su entrada norte, de casi 17 metros, y la sur, de casi 10, permiten que la luz penetre creando mágicos juegos de sombras, reflejos y colores que varían a cada instante. En verano, al atardecer, la bóveda se tiñe de tonos dorados y azul profundo, un fenómeno natural tan impactante que ha hecho que muchos la llamen la Capilla Sixtina del Atlántico.
Si tienes la suerte de visitarla durante la bajamar, dentro de la cueva aparece incluso una pequeña playa de callaos, añadiendo aún más encanto a este escenario de película.
Cómo visitar la Cueva Bonita
Este tesoro es accesible solo por mar, lo que lo convierte en una experiencia aún más especial. Existen diferentes maneras de llegar, en ambos casos, se recomienda planificar la visita durante los meses de verano, cuando el mar suele estar más calmado y la luz al atardecer es sencillamente mágica.
- Excursión en barco. Desde el puerto de Tazacorte salen varias empresas, como Fancy o Fantasy, que organizan paseos que incluyen avistamiento de ballenas y delfines, parada en el Porís de Candelaria y entrada a la Cueva Bonita (siempre que las condiciones del mar lo permitan). Es la opción más cómoda y popular.
- Kayak. Para los más aventureros, es posible alquilar un kayak en el Porís de Candelaria y remar hasta la cueva, disfrutando de cada detalle de la costa acantilada y experimentando la naturaleza de forma más íntima.
Consejos para tu visita a la Cueva Bonita
- Reserva con antelación si viajas en temporada alta: las plazas en las excursiones se agotan rápido.
- Lleva protección solar y algo de abrigo para la vuelta. El viento en alta mar puede ser fresco.
- Si optas por el kayak, asegúrate de tener experiencia mínima y respetar las indicaciones de seguridad.
- Comprueba siempre el estado del mar antes de planear la visita. Si hay oleaje, las embarcaciones no acceden a la cueva.