El potaje de trigo palmero es uno de los platos más representativos de la cocina tradicional de La Palma. Nacido de la fusión de culturas (aborigen, portuguesa, castellana y morisca), este guiso cuenta la historia de un pueblo que aprendió a aprovechar con ingenio los productos de la tierra. En tiempos de escasez, se convirtió en un símbolo de sustento, sabor y unión familiar.

Un plato con historia y alma canaria
El trigo, base de esta receta, ha sido desde tiempos antiguos uno de los cereales más importantes en la dieta canaria. Junto con el maíz, las papas y las verduras, forma parte del corazón de la gastronomía palmera.
En su versión más tradicional, el potaje se cocina lentamente con costilla de cerdo o carne de res, aunque también existen versiones vegetarianas que prescinden de la carne y resaltan el sabor natural de las verduras. Entre los ingredientes imprescindibles se encuentran la col, los garbanzos, las zanahorias, las habichuelas, la batata o papa y la piña de millo.
Para darle sabor al potaje, se suele añadir costilla de cerdo o carne de res, aunque también se puede prescindir de ambos ingredientes. Sin embargo, es imprescindible utilizar verduras, que son los ingredientes principales del plato.
El secreto está en el trigo
A diferencia de otros guisos, el trigo se utiliza entero y se deja ablandar desde la víspera. Este detalle le da una textura característica y un sabor profundo que diferencia al potaje de trigo de otros platos canarios como el puchero o el rancho.
El resultado es un guiso espeso, nutritivo y lleno de sabor, perfecto para disfrutar con un trozo de pan y un vaso de vino del país.
Tradición que se mantiene viva
El potaje de trigo palmero es mucho más que una receta: es una tradición que ha pasado de generación en generación, conservando los sabores y costumbres de la isla. En muchas casas palmeras, todavía se prepara en reuniones familiares, especialmente en invierno o en fiestas patronales.
En definitiva, este plato representa la esencia humilde y rica de la cocina canaria, donde cada ingrediente cuenta una historia de respeto por la tierra y amor por las raíces.