La Historia de La Palma es rica en eventos y tiene una diversidad cultural única.
Los antiguos habitantes de La Palma, conocidos como benahoaritas o awaras, residían en la isla mucho antes de la llegada de los colonizadores. Según documentos históricos de los siglos XIV y XV, en la época de la conquista, La Palma estaba organizada en doce cantones, tenía una población de aproximadamente 4.000 personas y se llamaba Benahoare “mi tierra”.
Historia de La Palma Canarias: un viaje desde los benahoritas hasta el floreciente turismo actual
Los benahoaritas vivían en las cuevas y basaban su subsistencia en la cría de cabras, ovejas y cerdos, así como en la recolección de frutos y raíces. Producían “gofio”, una especie de harina hecha de raíces de helecho y amagante que tostaban y molían.
Se cree que los aborígenes llegaron desde el noroeste de África, aunque se desconoce si lo hicieron voluntariamente o fueron expulsados por invasores como fenicios o romanos. De hecho, los marineros Fenicios conocían ya las Islas Canarias. El marinero Genovés Lancelotto Malocello llegó a La Palma junto con los primeros europeos en el siglo 13, pero la isla siguió sin ser conquistada hasta el 1493.
La conquista fue relativamente fácil y se inició con el desembarco de los castellanos en Tazacorte el 29 de septiembre de 1492.
Aparentemente, los conquistadores utilizaron acuerdos y pactos con los aborígenes de la isla para lograr su objetivo, lo que explica la mínima resistencia encontrada.
En 1493, el conquistador español Alfonso Fernández de Lugo llegó a la isla y conquistó todo su territorio llamándolo “San Miguel de La Palma“.
A partir del siglo XVI, San Miguel de La Palma atrajo a colonos de diferentes orígenes, como españoles, portugueses, genoveses, franceses y flamencos, quienes se integraron con los indígenas que quedaron tras la conquista. La economía de la isla giraba en torno a la agricultura, específicamente al cultivo y comercio de monocultivos de exportación, como la caña de azúcar y posteriormente el vino.
El Museo Benahoarita de Los Llanos de Aridane es una visita imprescindible para los amantes de la historia, que podrán adentrarse en la cultura y la vida prehispánica de La Palma.
Historia de La Isla de La Palma: auge comercial con América y desafíos en tiempos de piratería en el siglo XVI
Durante el siglo XVI, La Palma obtuvo el privilegio de comerciar con América, lo que convirtió a su puerto, Santa Cruz de La Palma, en uno de los más importantes del Imperio español. Esta prosperidad atrajo a piratas, como François Le Clerc, quien saqueó y quemó la ciudad en 1553. La isla se reconstruyó y fortificó, repeliendo el ataque de Francis Drake en 1585.
La vida en La Palma continuó tranquila después de la amenaza pirata. La economía se recuperó en cada crisis gracias a la fertilidad de su tierra, pasando de la caña de azúcar y la vid a la producción de miel de La Palma, tabaco y seda de La Palma. En 1830, se introdujo el cultivo de la cochinilla, pero decayó con el desarrollo de tintes sintéticos en 1880. Entonces, se introdujo el cultivo del plátano.
Aunque la Guerra Civil no llegó a Canarias, La Palma sufrió las consecuencias económicas del conflicto. Durante la posguerra, los palmeros se vieron obligados a basar su alimentación en el plátano.
La Palma: evolución y prosperidad en la era del turismo y la diversificación económica
Las exportaciones de plátano así se revitalizaron y se inició la construcción de infraestructuras como carreteras y canales para facilitar el transporte de agua desde los arroyos a las áreas de cultivo. El proyecto más destacado de ese tiempo fue la edificación de la carretera de la cumbre, la cual conecta también hoy, Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane mediante un túnel que atraviesa las montañas de la isla, reduciendo así el tiempo de viaje.
Con el advenimiento de la democracia y la construcción del nuevo aeropuerto de La Palma en Mazo, la economía de La Palma, antes fuertemente dependiente del sector agrícola del plátano, comenzó a diversificarse hacia otros sectores, especialmente el turismo. Actualmente, el turismo es el principal motor económico en Canarias, impulsando el crecimiento y la prosperidad de la región.