La Playa de La Veta, ubicada en el municipio de Tijarafe, es una de esas joyas secretas que esconde la isla de La Palma. No es una playa convencional, y quizás por eso resulta tan especial. Es un lugar que no está al alcance de todos, pero sí al alcance de quienes buscan experiencias auténticas. Si eres amante de la naturaleza salvaje, la aventura y los lugares alejados del turismo de masas, esta playa te dejará huella.

¿Qué hace especial esta playa?
La Playa de La Veta no es solo una playa, es una experiencia. Para llegar a ella no hay carreteras ni accesos fáciles: solo puedes hacerlo caminando por un sendero escarpado o en barco privado. Esta dificultad de acceso es, precisamente, lo que la hace tan única.
Durante la caminata, el paisaje te sorprende con vistas impresionantes sobre el acantilado de 200m de altura, que quitan el aliento. No recomendables para quienes sufren de vértigo. Cruzar el estrecho túnel tallado en la roca añade un toque de aventura que no se olvida fácilmente. Y cuando llegas abajo, el silencio, el mar abierto y la arena negra te reciben como si entraras en otro mundo.
Además, pequeñas casitas le dan al lugar un aire pintoresco y apartado del tiempo. Es una playa que recompensa a quienes se atreven a descubrirla. Una postal salvaje que solo unos pocos llegan a conocer.
Cómo llegar a Playa de La Veta
Llegar a la Playa de La Veta ya es en sí una aventura. El primer tramo comienza en coche por una carretera estrecha y con curvas. Si no estás acostumbrado a conducir por caminos de montaña, puede resultar incómodo, así que tómalo con calma y ve disfrutando del paisaje.
Una vez llegues al final de la pista asfaltada, deja el coche en el pequeño aparcamiento habilitado. Desde allí comienza el verdadero acceso: un sendero de unos 20 minutos a pie que te lleva hasta el mar. El recorrido discurre por la ladera del acantilado, ofrece vistas espectaculares, no aptas para personas con vértigo, y atraviesa un túnel excavado en la roca, que es uno de los puntos más icónicos del trayecto.
La bajada final hacia la playa es algo irregular y empinada. En verano, es habitual encontrar en la playa a familias locales que disfrutan de sus casetas y cuevas como si fueran pequeños refugios frente al mar. El esfuerzo tiene su recompensa: llegar a La Veta es como acceder a un mundo secreto, lejos del turismo convencional.

Recomendaciones y consejos
- No es apta para niños ni personas con movilidad reducida.
- Al conducir para ir a la plata de La Veta, ten cuidado con la carretera.
- Imprescindible llevar buen calzado de senderismo, agua y algo de comida.
- Hay piedras resbaladizas al entrar al mar: escarpines recomendados.
- El mar puede estar bravo: en esta zona hay corrientes peligrosas, evita el baño si hay oleaje.
- Hay muy poca sombra natural, así que lleva gorra, protector solar o sombrilla si planeas quedarte.
- Evitar las horas mas calurosas del día para el regreso, ya que la subida puede ser agotadora y no hay sombra que proteja del sol.
- La playa no tiene servicios ni socorrista.
- El tamaño de La Veta puede variar según la época del año. El mejor momento para disfrutar de su belleza es en primavera y verano.